¿ Cuándo acudir a un psicólogo infanto-juvenil ?
Es importante como padres identificar posibles necesidades de nuestros hijos que requieran ayuda de un profesional.
Es necesario identificar estas necesidades a tiempo para prevenir problemas futuros, que instauren conductas desadaptativas o que se arraiguen hábitos y formas de gestionar las diferentes situaciones de manera disruptiva.
Es necesario dotarles de herramientas y entrenarlos en habilidades para la vida, con el fin, de que aprendan a saber gestionar todo aquello que les ocurra a lo largo de las diferentes etapas, trabajar sus miedos y su independencia, con el fin de evitar que los problemas que aparezcan hoy, vayan arraigándose poco a poco y haciéndose más notorios en el futuro.
Alteración brusca o exagerada del comportamiento
Mucha agitación, inquietud o dificultad para mantener la atención
Comportamiento agresivo o desafiante
Regresión de alguna fase del desarrollo (Volver a hacerse pipi o no dormir solos)
Terrores nocturnos, miedos
Salud perjudicada cuando no hay causa biológica
(dolor de estómago)
Inseguridad o dependencia excesiva de adultos
Problema escolar
(comportamentales o acoso escolar)
Déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
Rabietas
Problemas en el aprendizaje
Desregulación emocional
¿ Cómo trabajamos en consulta ?
Tratamiento individualizado
Para estudiar cada caso que nos llega a consulta, comenzamos escuchando la demanda de los padres y/o familiares cercanos, en ocasiones, si es necesario, nos reunimos con centros educativos, con el fin de conocer el entorno en el que se mueve el niño/a y saber como se manifiesta la conducta a tratar en cada ambiente y conocer, a su vez, cómo el ambiente influye en la conducta del niño/a.
Estudiado el caso e identificada cuál es la problemática a tratar, establecemos diferentes estrategias para abordar el problema. Damos pautas a padres, familiares cercanos o profesores del niño/a y por otro lado, trabajamos en sesión con el niño/a siempre mediante juegos y de manera divertida y entretenida para ellos, haciendo que la consulta sea un lugar seguro, dónde no se les juzga ni se les riñe, y un lugar de aprendizaje.